Los roles en la educación a distancia


Mtro. Luis Antero Aguilar

En la educación a distancia intervienen elementos que tienen roles perfectamente definidos (aunque no necesariamente inamovibles) y que en base a la manera en la que los cumplan, los procesos de educación podrán llegar a la consecución de los objetivos planteados, es decir, las relaciones que se establecen presentan una complementariedad absoluta, en la que cualquiera de los elementos que no se encuentre en el mismo tono impedirá el adecuado desarrollo de la experiencia de aprendizaje.

En todo momento he comentado que esta modalidad de capacitación y actualización es flexible, por lo que en este aspecto no puede ser la excepción, por lo que una persona que juega el rol institucional de asesor no significa de ninguna manera que en algún momento pueda aprender de sus estudiantes.


En este sentido, puedo establecer el rol central que algunos de sus elementos debe llevar a cabo:

A).- Rol del docente.

Inicio este apartado con una cita que considero ilustrativa de José María Valero García, quien señala que “el docente deberá alejarse de ser un transmisor de datos para adentrarse en la función de formador; interesándose por los aspectos emocionales, de aptitudes y de las condiciones de destrezas de los alumnos, para que, de esta manera, tenga la capacidad y se haga de los instrumentos necesarios para llevar a cabo la educación integral de los sujetos del proceso enseñanza – aprendizaje.”[1]

En este punto son notables las diferencias que se establecen en relación no sólo al papel que el docente debe llevar a cabo durante el aprendizaje a distancia sino que inclusive a su actuar antes y después del proceso, vamos ni siquiera en el nombre que éste debe llevar, ya que es mencionado como asesor, capacitador, tutor, facilitador, e-formador, gestor, acompañador, etc.

En este mismo sentido, Carmen Luisa Hernández[2], Directora de la Oficina de Desarrollo Tecnológico EDP Collage de Puerto Rico, INC. hace referencia al “profesor portable” cuando éste participa en los procesos de aprendizaje mediante el empleo de la videoconferencia, esta investigadora, por cierto, niega tajantemente la desaparición del profesor con el ingreso de las nuevas tecnologías y coincidimos al estimar que en efecto, no se elimina el rol del docente, aunque sí sufre notables transformaciones, ya que ahora tendrá la mediación tecnológica en la impartición del conocimiento.

Sin embargo, sí es un punto de coincidencia en señalar que en esta modalidad se da prioridad al aprendizaje sobre el de la enseñanza, ya que aquí el docente cumple funciones esenciales de acompañamiento de los procesos y serán los alumnos, como lo veremos posteriormente, quienes toman la responsabilidad del aprendizaje y ello es justamente el cambio paradigmático más importante.

Por ello, y partiendo del hecho de que el fin último de la educación a distancia sitúa la responsabilidad del aprendizaje en el alumno (también con diversos nombres en la actualidad: alumno, aprendiz, etc.), considero que lo más adecuado es el de llamarle simplemente “acompañador” del proceso de aprendizaje, ya que no se trata de facilitar la apropiación del conocimiento en virtud de que este hecho en sí es diferente en cada persona; de la misma manera, la definición de e-Formador que le da Red Escolar me parece un tanto alejada de la realidad, toda vez que ni en la educación presencial ni en la que se lleva a cabo a distancia es posible que una persona “forme” a otra, a lo más que puede llegar es a establecer ciertos elementos de influencia, que, sin embargo, son apropiados por los aprendices de formas muy diversas.

Al respecto y a manera de ilustrar esta discrepancia, vale la pena incluir varios nombres y acciones que le asignan, dentro de un mismo artículo[3], varios autores.

El Dr. Fabio Chacón de la UNA de Venezuela lo menciona con varios términos indicando que los trabajadores educativos a distancia actúan en una gran diversidad de roles como los de diseñadores de materiales, asesores de contenido, etc.

Por su parte, para el Dr. José Julio Allende Hernández habla del docente a distancia como mediador pedagógico, ya que para él su función es la de establecer los nexos oportunos entre los contenidos de aprendizaje, los aprendices y los recursos tecnológicos que se emplean en sus interacciones.

Dentro del artículo citado, también se expresa Araminda Turrent de la Universidad La Salle, y lo cataloga como acompañador, asesor y promotor del aprendizaje independiente, con lo que se establece la multiplicidad de roles de este agente del proceso educativo.

Bien, sin poder establecer una definición contundente del nombre del docente virtual, en cambio sí es posible indicar algunas funciones centrales que requiere efectuar este sujeto dentro de la capacitación y actualización a distancia, y de cuyo cumplimiento adecuado se derivan situaciones positivas para los aprendices, ya que su acción no es únicamente en relación con los contenidos de aprendizaje, sino que también abarcan una amplia serie de situaciones tecnológicas, y claro está, afectivas.

Así, comenzaré por reproducir el punto de vista expresado por Susana García Mendoza, quien señala que el docente a distancia debe:

· “Democratizar el acceso a la educación.

· Propiciar el aprendizaje autónomo ligado a la experiencia del usuario.

· Ofrecer enseñanza innovadora y de calidad.

· Fomentar la educación permanente.

· Ser eficiente y eficaz en el uso de los recursos, medios y tecnologías de la comunicación que inciden en el aprendizaje.”[4]

Pero más allá de ello, es preciso concebir al docente dentro de los procesos educativos a distancia como un sujeto comprometido con el aprendizaje e interesado con la totalidad de las características de sus alumnos, más aún, con elementos aparentemente intrascendentes como su situación familiar.

El Licenciado Jorge Eduardo Pádula concretiza con gran claridad el rol a desempeñar por el profesor a distancia, al señalar que “La función del tutor es la de un acompañante que no enseña ni transmite contenidos conceptuales (responsabilidad de los planificadores y contenidistas en la elaboración de los materiales) sino contribuye a la autogestión de aprendizaje que desarrolla el alumno, mediante una crítica constructiva orientadora que se revela constantemente superadora, motor de una espiral ascendente en la construcción del conocimiento del estudiante.”[5]

B).- Rol del estudiante.
Debido a que la educación a distancia centra su atención en el aprendizaje, es conveniente recordar que son los estudiantes hacia quienes están enfocadas las acciones, herramientas, así como la totalidad de la construcción de los ambientes.

Aquí se precisa entender que “la concepción del aprendizaje, como el aprender – aprender, que permite al sujeto utilizar sus propios razonamientos con todo y errores. Así, la construcción intelectual será el resultado de la necesidad de resolver una contradicción entre esquemas, que conducen a conclusiones opuestas, en esta concepción lo que se generaliza no son los resultados, sino el procedimiento constructivo”[6] que lleva a cabo el estudiante en sus múltiples interacciones con los sujetos, objetos y contenidos de aprendizaje.

Los estudiantes, en este sentido, deben llevar a cabo un proceso sistemático de adaptación y de cambio en sus paradigmas, ya que aquí su aprendizaje no depende de ninguna manera de su asesor, sino que se construye como resultado de sus propias interacciones con otros sujetos, así como con los contenidos de aprendizaje, y, por supuesto, con las mediaciones tecnológicas.

En la educación a distancia se requiere de que los alumnos desarrollen al máximo la totalidad de sus potenciales, sean estas de carácter cognitivo, como afectivo y procedimentales.

La actividad del alumno se convierte a la vez en una oportunidad para modificar sus percepciones de la realidad, pero también un cambio en cómo concibe el proceso de aprender y las necesarias acciones que ello implica.

María de Jesús Rentaría Ávila dice al respecto una opinión que vale la pena detenerse a reflexionar; señala que “No se debe dejar que el trabajo se convierta en un hábito. Hacer de las tareas diarias algo creativo que me permita sorprender a los demás y aún a mi misma. Exigirme cada día más como si fuera un reto y dar lo mejor de mi en cada una de las actividades que realice, por pequeñas que sean.”[7]

Son múltiples las acciones que el alumno a distancia debe desempeñar, y para cada una de ellas se requieren del dominio de ciertas habilidades tanto intelectuales como de procedimiento, así como estar lo suficientemente motivado y con los objetivos perfectamente definidos para llegar a la culminación del proceso.

Así, uno de los roles a desempeñar por parte de un aspirante a alumno a distancia es el de llevar a cabo un proceso de autoevaluación en el que honestamente considere los requisitos básicos para participar de manera aceptable, es decir, será él mismo quien de inicio tome ciertas providencias que le augurarán logros positivos, y, en su defecto, atender primero situaciones de aprendizaje previos a la educación a distancia propiamente dicha.
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Dentro de los roles más importantes que tienen los alumnos en situaciones de aprendizaje a distancia es la disposición al desarrollo de trabajo en equipos, con lo que se producen sistemáticamente momentos importantes de acceso al conocimiento de manera compartida mediante la construcción y reconstrucción de los procesos cognitivos.

En este sentido, no entenderemos al aprendizaje colaborativo como el simple aprendizaje de grupo o colectivo, ya que tiene más fundamento en una manifestación de interdependencia positiva centrada en una responsabilidad individual tanto con su propio proceso interno de aprendizaje como en las relaciones que establece con el resto de sus compañeros.

Finalmente, y como se ha señalado en el apartado destinado a las debilidades de la educación a distancia, una de las mayores necesidades de los alumnos de esta modalidad es que desarrollen su sentido de autonomía, ya que aquí, aunque generalmente se tiene un gran apoyo del instructor, el único y absoluto responsable del aprendizaje es precisamente el alumno.

No hay demasiado espacio para adoptar posturas pasivas, la educación a distancia requiere de personas que tengan un rol totalmente activo, a la vez que interesado en desarrollar o adquirir una serie de habilidades y actitudes sobre las cuales enfocará sus esfuerzos.

C).- Papel de la tecnología.
La tecnología debe ser concebida únicamente como el conjunto de herramientas que pueden facilitar el proceso educativo, es decir, por ella misma no puede producir la apropiación del conocimiento.

Señalo lo anterior porque a raíz de la introducción de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación se creó un mito en el que se expresaba que con el simple empleo de ellas se mejoraba considerablemente el proceso de aprendizaje, lo cual en la práctica no resulta de esa manera.

Claro está que la incursión de las NTIC´s produce en cierto sentido un cambio en sus contextos culturales y sociales, de hecho, podríamos establecer una diferenciación socio – cultural entre quienes tienen acceso a la tecnología y la saben emplear y los que no lo hacen.

Sin embargo, es bueno señalar que una vez pasada la crisis de la novedad, poco a poco se le ha dado el justo reconocimiento y, a la vez, se le ha comenzado a analizar y a utilizar como recurso que cumple determinadas funciones.

Ahora bien, para determinar el papel de la tecnología en las situaciones de educación no presencial, conviene inicialmente definirlas, y al respecto el Grup de Recerca D´Hipermedia Distribuida nos brinda un punto de vista interesante al indicar que: “Los medios y recursos materiales han sido entendidos como instrumentos de ayuda a la comunicación y a la información, o como la unión entre un instrumento (hardware) y un mensaje (software). En estos momentos, dadas sus características, se consideran como:

· Elementos del proceso de enseñanza – aprendizaje que median y configuran las relaciones que se establezcan entre el sujeto y el entorno.

· Modos de configurar la realidad.”[8]

Parto de la necesidad de señalar contundentemente que en la educación a distancia se debe privilegiar el conocimiento por encima de los instrumentos cibernéticos.

Dentro de los roles concretos que juegan los equipos tecnológicos y los recursos que se emplean en ellos para mejorar su funcionamiento puedo señalar, entre otras, los siguientes:

Uno de los roles concretos que juegan las tecnologías en la educación a distancia es el de secuenciar las tareas de aprendizaje, ya que a través de ellas es posible establecer la aplicación práctica de la planeación del curso o dinámica de aprendizaje que se esté llevando a cabo.

De la misma manera, considerando que aunque nos encontremos en sitios muy concurridos para llevar a cabo nuestras acciones de educación a distancia, necesariamente la relación entre el aprendiz y el e-Formador es susceptible de que propicie el ritmo individual que se desea seguir.

De igual forma, las herramientas tecnológicas permiten establecer los ambientes virtuales de aprendizaje a través de los cuales se lleva a cabo la participación y actividad del alumno, siendo el medio a través del cual es posible acceder a los contenidos, así como de emitir las respuestas que la propuesta de aprendizaje precisa, produciéndose con ello la retroalimentación de los procesos.

Así, se presentan como los mediadores, que pueden jugar un papel de eficiencia o no dependiendo de los otros elementos que intervienen en la educación a distancia, como lo son los participantes, la metodología, el ambiente, etc.

Ahora bien, el uso de determinadas herramientas tecnológicas depende en gran medida de los resultados que se pretenden obtener, de tal manera que dentro de la planeación deben considerarse una serie de elementos importantes, los cuales van desde la propia rentabilidad económica hasta las facilidades en su manejo.

Un buen programa puede fracasar si los recursos mediáticos elegidos no son los adecuados.

Por lo tanto, las tecnologías en la educación a distancia deben contar con ciertas características especiales[9]para que sean plenamente funcionales, que son, entre otras:

· Innovadora.

· Motivadora

· Estructuradora de la realidad

· Formativa

· solicitadora u operativa


D).- Papel de las técnicas y de la metodología.
Con relación al rol que juegan las técnicas de estudio, así como las metodologías en la educación a distancia, existen múltiples propuestas teóricas.

De inicio partimos del hecho de que no existe una posición unánime en este importante elemento del aprendizaje a distancia, sin embargo, es conveniente traer a este trabajo varios recursos de aprendizaje que tienen aplicación específica en la modalidad de referencia.

Se estima que el aprendizaje visual es una de las maneras más efectivas de acceder al conocimiento y dentro de los instrumentos usados con éxito para ello se encuentra el Knowledge Manager.

Este recurso “integra la creación visual de los mapas (conceptuales) con la representación activa del conocimiento y la asignación de documentos externos, aún multimediales, y la búsqueda global, para facilitar a los estudiantes la comprensión de los conceptos, la información y la creación del nuevo conocimiento. Interactivamente, con Knowledge Manager los estudiantes pueden crear, modificar y estructurar mapas conceptuales, mapas de ideas, redes y otros organizadores gráficos.”[10]

En este sentido, la teoría del conocimiento situado indica que se aprende a través de la percepción y no de la memoria, por lo que la herramienta señalada se enmarca positivamente en esta corriente del pensamiento pedagógico.

Para ejemplos del uso del aprendizaje visual es muy recomendable revisar la siguiente página: http://www.conceptmaps.it/KM-MapExamples-esp.htm.

El aprendizaje visual puede ayudar a los aprendices a depurar el pensamiento[11], a reforzar la comprensión, a integrar un nuevo conocimiento sobre la base de los llamados conocimientos previos y a identificar errores conceptuales e incomprensiones, etc.[12]

Dentro del aprendizaje visual es necesario tener en consideración a las imágenes y su rol dentro de los procesos de aprehensión del conocimiento, a las cuales las podemos clasificar en dos grandes grupos “las de un significado único y las de varias posibilidades de significado, es decir, imágenes monosémicas e imágenes polisémicas”[13] y referidos a un aprendizaje es necesario considerar que la selección de imágenes no puede ser aleatoria o constituirse como meras ilustraciones, sino como elementos debidamente relacionados con los contenidos a tratar.

Ahora bien, como he señalado, uno de los fundamentos sobre los que se asienta la educación a distancia es la teoría del conocimiento situado, y al respecto Isabel Borrás[14] indica que el conocimiento es una relación activa entre un agente y el entorno, de tal manera que el aprendizaje ocurre cuando el aprendiz está activamente envuelto en un contexto instruccional complejo y realístico.

En este sentido, el entorno Internet, donde yo iría un poco más allá, señalando que más que el “entorno Internet” es el ambiente virtual construido responde efectivamente a las premisas del conocimiento situado en dos de sus características que son la complejidad y el realismo, donde en situaciones de aprendizaje a distancia es posible establecer comunicación e interrelación real entre sujetos que provienen de contextos muy diferentes pero que a su vez tienen intereses similares.

Por otra parte, también es posible recurrir a la teoría de la conservación, ya que si estamos de acuerdo en que el aprendizaje es un fenómeno social, es natural que éste se de cómo resultado de un grupo de agentes que participan en una situación dialógica, de tal manera que en esa relación entre sujetos, mediante su proceso dinámico y dialéctico, los conocimientos de van construyendo a partir de antecedentes y contextos propios de los participantes.

En este punto, los señalamientos de Vygotsky acerca de la zona de desarrollo próximo también se produce en las comunicaciones electrónicas que son propias de la educación a distancia.

Finalmente, y siendo uno de los postulados más aceptados acerca de las metodologías aplicadas en la educación a distancia es justamente las relacionadas con las teorías constructivistas, ya que los datos que percibimos a través de nuestras relaciones con otros sujetos y con los contenidos de aprendizaje de las experiencias a distancia que percibimos con nuestros sentidos se constituyen en esquemas cognitivos que adquieren significación en cuanto son confrontados con los datos que ya existen en nuestra mente (conocimientos previos).

Así, “el conocimiento desde una perspectiva constructivista, es siempre contextual y nunca separado del sujeto; en el proceso de conocer, el sujeto va asignando al objeto una serie de significados, cuya multiplicidad determina conceptualmente al objeto (conocer es actuar), pero conocer también implica compartir con otros el conocimiento y formar así una comunidad”[15], virtual en nuestro caso específico.

En cuanto al aprendizaje constructivista que es posible generar a través de la educación a distancia requiere justamente de un cambio de paradigmas que esta teoría tiene como fundamento, entre otros:

Pasar de la instrucción a la construcción del conocimiento.

Del refuerzo al interés.

De la obediencia a la autonomía.

De la coerción a la cooperación.

Estas formas de concebir el aprendizaje y, sobre todo de llevar a cabo los consiguientes procesos, son los que determinan en gran medida el éxito o no del aprendizaje a distancia con el uso de las Nuevas Tecnologías de la Comunicación y la Información.

E).- Papel de los contenidos de aprendizaje.

Los contenidos del currículum se caracterizan por un proceso social y pedagógico, donde la cultura académica de tipo intelectual es sólo una parte, cobrando especial relevancia el medio virtual global y donde las propias experiencias de aprendizaje se convierten en elementos del mismo contenido curricular.[16]

El primer requisito para el adecuado desarrollo de un proyecto de educación a distancia es que los contenidos de aprendizaje sean de un fácil acceso, no sólo en cuanto a su complejidad intelectual, sino también, y de inicio, a su disponibilidad sencilla en la plataforma que se esté empleando.

En este mismo sentido, y reiterando la característica de la modalidad en cuanto a su flexibilidad, los contenidos no son de ninguna manera situaciones teóricas determinantes, sino que se presentan como “insinuaciones” o pretextos para que los aprendices profundicen en sus investigación, lleven a cabo reflexiones y abstracciones, etc.

Así, este importante elemento de la educación a distancia debe en todo momento constituirse como un facilitador y generador de transformaciones no sólo intelectuales, sino también actitudinales.

Fabiana Cohen[17] identifica ciertas funciones o roles de los contenidos que resumen adecuadamente su razón de ser:

· Deben facilitar la “conversación didáctica”.

· Favorecer la autonomía que es un requisito fundamental en la educación a distancia.


· Despertar la curiosidad científica de los estudiantes para motivarlos a la investigación.

· Mantener activa la atención y la acción en torno a las metas.

· Relacionar la experiencia o conocimientos previos con los nuevos.

· Ser claros y precisos, evitando las ambigüedades que pueden terminar con una experiencia de aprendizaje a distancia.

· Propiciar el inicio del proceso del pensamiento en los alumnos, promoviendo actividades inteligentes, evitando las que sólo tengan como destinataria a la memoria.

· Propiciar la creatividad.

[1] VALERO GARCÍA, José María. “La escuela que yo quiero” Editorial Progreso. México, D. F. 1989.
[2] HERNÁNDEZ, Carmen Luisa. Multimedia: Presencia virtual del profesor en la educación a distancia. En Primer Congreso Puertorriqueño en Web e-ducación. Instituto de Educación a Distancia. 19 de abril del 2002. http://ined.sagrado.edu/ED/actaInED.pdf P. 95 (Consultado el 12 de mayo del 2004)
[3] Varios.¿El maestro tiende a desaparecer en la ED? ¿Cuál es su papel en dicha modalidad? en Anteanqui (http://www.ulsa.edu.mx/public_html/publicaciones/onteanqui/b12/cap3.htm) Consultado el 11 de marzo del 2004.
[4] GARCIA Mendoza, Susana. La educación a distancia: virtualidad y tecnología. en Encuentro Universitario de Experiencias de Educación a Distancia. UPN. México, D. F. Marzo del 2001.
[5] PADUL Perkins, Lic. Jorge Eduardo. “Contigo a la distancia. El rol del tutor en la educación no presencial”. En Revista de Teleformación El Príncipe. com. http://www.elprincipe.com/academia/telef/notas/index29.shtml (Consultado el 6 de junio del 2004)
[6] BARABTALO, Anita y Zedansky. “A manera de prólogo, introducción, socialización, educación y aprendizaje grupal e investigación acción” en Antología “Proyectos de Innovación.” UPN. México. D. F. 1994. p. 90.
[7] RENTERÍA Ávila, María de Jesús. “Trabajo integrador final del estudiante independiente en la educación a distancia”. En www.monografias.com/trabajos14/educ-a-distancia/educ-a-distancia.shtml. (Consultado el 7 de junio del 2004)
[8] GRUP DE RECERCA D´HIPERMEDIA DISTRIBUIDA. “Las nuevas tecnologías en la educación”. Universidad Rovira i Virgili – Tarragona. En www.uib.es/depart/gte/grurehidi.html. (Consultado el 21 de mayo del 2004)
[9] GRUP DE RECERCA D´HIPERMEDIA DISTRIBUIDA. “Las nuevas tecnologías en la educación”. Universidad Rovira i Virgili – Tarragona. En www.uib.es/depart/gte/grurehidi.html. (Consultado el 21 de mayo del 2004)
[10] http://www.conceptmaps.it/KM-VisualLearning-esp.htm (Consultado el 5 de junio del 2004)
[11] READ, Herbert. “Imagen e idea”. Fondo de Cultura Económica. México, D. F. 1965.
[12] AUMONT, Jackes. “La imagen”. Barcelona. Ediciones Paidós. 1992.
[13] ARÉVALO Zamudio, Javier. “Imagen y pedagogía” en “Didáctica de los medios de comunicación”. Programa Nacional de Actualización Permanente. SEP. México, D. F. 1998. p. 22.
[14] BORRÁS, Isabel. “Enseñanza y aprendizaje con la Internet: una aproximación crítica”. En Internet como recurso didáctico” de Beatriz Alicia Rodríguez. En http://betty.freehosting.net/ (Consultado el 2 de junio del 2004)
[15] SEP. “Los distintos tipos de conocimiento” en Antología “Teorías de aprendizaje”. Tomo II. Zacatecas, México, 1994. p. 3
[16] SACRISTÁN, J. Gimeno y A. I. Gómez. “¿Qué son los contenidos d enseñanza?”. Antología “Proyectos de innovación”. UPN. México, D. F. 1994. p. 116.
[17] COHEN, Fabiana. “Educación a distancia: Materiales y medios didácticos”. En http://gestioneducativa.freeservers.com/educacion_a_distancia.htm. (Consultado el 24 de mayo del 2004)

1 Response to "Los roles en la educación a distancia"

  1. Antonio says:
    23 de octubre de 2012, 9:41

    La mayoría de las personas piensan que estudiar en línea es mucho más fácil , pero en realidad el rol del estudiante es de mayor responsabilidad y motivación. Saludos.

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